Profesores y estudiantes de San Cristóbal socializaron su experiencia sobre manejo de conflictos sin incurrir en agresiones, como parte del programa “Reducción de la Violencia y Fomento de una Cultura de Paz en las Escuelas”, del Ministerio de Interior y Policía y el de Educación.
Rosa Báez, orientadora del liceo Yisel Batista Turbí, manifestó que la iniciativa ha enriquecido la labor docente mediante las capacitaciones de manejo de situaciones, resaltó que la comunidad educativa ha presentado cambios que le permiten crecer.
La alumna Xaviely Rodríguez, del Liceo Gregorio Luperón, detalló la importancia del plan. Habló de cómo ha mejorado su comunicación, aprendido a expresar sus sentimientos y trabajar en equipo.
Su compañero Stiven Javier Marques, del Politécnico Eugenio María de Hostos, citó los aportes de los clubes, donde dijo han aprendido a manejar conflictos y construir relaciones basadas en el respeto y la empatía.
La viceministra de Seguridad Preventiva en Gobiernos Provinciales, Ángela Jaquez, sostuvo que las escuelas son el centro de pensamiento que hay que cuidar y proteger, porque cuando la educación fracasa, fracasó la sociedad.
Explicó que con esta herramienta la institución busca un mecanismo directo para cultivar los valores de honestidad, responsabilidad, respeto y honor para crear una generación de hombres y mujeres de bien.
En tanto, Erasmo Lara, coordinador de la estrategia, informó que el programa abarca los municipios de Haina, Cambita y Villa Altagracia y ya está en las provincias de Santiago, La Vega, San Francisco y Espaillat, con 114 centros, para promover la sana convivencia mediante los planteles.
Agradeció a los sicólogos y orientadores de los 27 planteles que participaron y los instó a mantenerse activos en el programa, además reconoció el compromiso y entusiasmo de los alumnos.
En la mesa de honor acompañaron Sandra Pérez, en representación del Ministerio de Educación; Milagros Altagracia Morel, coordinadora del politécnico Bienvenido Caro; la sicóloga Ana Luna, del colegio Alfarero y el sacerdote Cruz María Echeverría.