La dieta recomendada por el genio Leonardo da Vinci

 

La última cena, pintada por Leonardo Da Vinci. 

Desde recetas revolucionarias en la época hasta consejos para una vida saludable

Leonardo da Vinci, el emblema del Renacimiento, es universalmente conocido por su excepcional producción en el arte y la ciencia, pero una faceta menos explorada es su pasión por la gastronomía. Estudios recientes y una exposición realizada en Lieja, Bélgica, han desvelado curiosos aspectos de su interés culinario, desde recetas innovadoras hasta reflexiones sobre la organización de cocinas. Este artículo se sumerge en el lado gourmet de Da Vinci, revelando tanto su dieta casi vegetariana como sus recetas detalladas, que demuestran su incesante curiosidad y su deseo de fusionar el arte con la vida cotidiana.

El paladar de un genio

Leonardo da Vinci, siempre adelantado a su tiempo, aplicó su genio también en el terreno culinario, con recetas que sorprenden por su modernidad y refinamiento. Una exposición en Lieja exhibió platos como gambas rojas con burrata y albaricoques con menta, muestras de su inclinación hacia combinaciones atrevidas y sabores frescos. Jean-Christophe Hubert, comisario de la muestra, señaló que “Leonardo recomendaba una dieta basada primordialmente en frutas y verduras, evitando en gran medida el consumo de carne, una rareza en su época”.

Este régimen alimenticio refleja su amor por la naturaleza y se entrelaza con su arte y sus estudios anatómicos, sugiriendo una comprensión de los beneficios de una alimentación equilibrada. Da Vinci, en sus cuadernos, anotaba las propiedades de diferentes alimentos y cómo estas podrían influir en el bienestar humano. Su dieta casi vegetariana y su enfoque en alimentos simples pero nutricionalmente completos, como legumbres y frutos secos, eran parte de una filosofía de vida que buscaba la armonía entre cuerpo y mente, un reflejo claro de su búsqueda constante de conocimiento y comprensión del mundo natural.

Artista también en la cocina y los banquetes

Da Vinci no solo revolucionó el arte y la ciencia, sino que también dejó su huella en el diseño de cocinas y banquetes. Se han conservado bocetos que muestran su meticulosa planificación de espacios culinarios. Diseños que revelan cocinas con áreas bien definidas para la preparación y conservación de alimentos, anticipando modernas configuraciones que separan zonas de cocción y almacenamiento. Su comprensión de la arquitectura le permitió idear espacios que facilitaban el flujo de trabajo y mejoraban la interacción social durante los banquetes. Leonardo imaginaba comedores donde la estética y la funcionalidad convergían, asegurando que la belleza de un banquete no solo estuviera en los platos servidos, sino también en el ambiente que los rodeaba. Esta integración de la arquitectura en la experiencia gastronómica demostraba su creencia en un diseño holístico, donde cada elemento jugaba un papel crucial en la creación de una experiencia armoniosa.

¿Cómo había que comportarse en la mesa?

También elaboró un manual de etiqueta para banquetes, destacando normas como "no poner los pies sobre la mesa" y "mantener los pájaros lejos de los alimentos". Estos detalles aseguraban el orden y reflejan su profundo respeto por la convivencia y el decoro en las reuniones sociales de la época.

Uno de sus eventos más memorables fue la organización de una boda en Milán, donde diseñó una tarta monumental, tan grande que, según las crónicas, la celebración debía realizarse dentro de ella. Este proyecto ambicioso, aunque finalmente frustrado por las alimañas que devoraron la tarta antes del evento, subraya la audacia y la creatividad de Da Vinci, siempre dispuesto a desafiar los límites de lo convencional. Este episodio, en particular, demuestra cómo su imaginación trascendía el lienzo para impregnar cada aspecto de su vida, buscando siempre impresionar y deleitar a través de la innovación y el espectáculo.

¿Da Vinci era vegano?

En los últimos años de su vida, Leonardo da Vinci se estableció en Francia, en el castillo de Clos Lucé, donde fue acogido por Francisco I. Durante este período, Da Vinci continuó viviendo de acuerdo con sus principios de simplicidad y amor por la naturaleza, manteniendo una dieta principalmente vegetariana. Este respeto por lo natural también se manifestaba en su arte, especialmente en su obra icónica, "La última cena", donde se omite la carne en favor de platos a base de pescado y vegetales, como las anguilas adornadas con naranjas. Esta elección es posible que subraye su tendencia vegetariana y sugiere una armonía con su ética y su visión artística, mostrando su habilidad para entrelazar sus creencias personales con su expresión creativa hasta el final de sus días.

La pasión de Leonardo da Vinci por la gastronomía fue más que una mera afición; influyó profundamente en su arte, sus diseños arquitectónicos y su filosofía de vida. Su enfoque casi vegetariano y su meticulosa atención a la armonía en la cocina y los banquetes reflejan un compromiso con la innovación y la ética que son curiosos hoy. Las ideas de Da Vinci sobre alimentación y convivencia adelantaron conceptos de nutrición y diseño. Un genio que continúa inspirando a un mundo moderno en búsqueda de un equilibrio entre bienestar, estética y respeto por la naturaleza.

Por Muy Interesante.